Acciones y sus efectos
En La rueda de las armas afiladas, el gran maestro Dharmarakshita
dice que todas nuestras dificultades son el resultado de las acciones
perjudiciales que hemos cometido en esta vida o en otras anteriores.
Si nos resulta difícil satisfacer nuestros deseos, es porque
en el pasado hemos impedido que otras personas colmasen los suyos.
Tener que separarnos de nuestros amigos es el resultado de haber
interferido en las relaciones de los demás, y no encontrar
amigos en quien confiar lo es de haber engañado a otros en
el pasado. Si tenemos mala salud es porque hemos maltratado a los
demás, y si no resultamos agradables, porque nos hemos enfadado
con ellos. La pobreza es el resultado de haber robado, y una vida
corta lo es de haber matado. Dharmarakshita menciona numerosos ejemplos
de acciones perjudiciales y los efectos que producen, que Buda reveló
en sutras como el Sutra de las cien acciones y los Sutras del vinaya.
Si leemos estos sutras, comprenderemos la analogía de que
nuestras dificultades diarias son como una rueda de armas afiladas
que gira contra nosotros devolviéndonos el daño que
hemos causado.
Es importante comprender la relación entre las acciones
y sus efectos. Nuestra primera reacción cuando tenemos un
problema es echar la culpa a los demás, pero si analizamos
la situación con sabiduría, comprenderemos que fuimos
nosotros quienes creamos la causa al cometer acciones perjudiciales.
La causa principal de nuestras dificultades es necesariamente una
acción física, verbal o mental perjudicial que hemos
cometido en el pasado. Las acciones de los demás no son más
que condiciones secundarias que contribuyen a la maduración
de nuestro karma negativo. Aunque ellos no proporcionaran estas
condiciones, cualquier otra persona lo haría, porque una
vez que se ha creado la causa principal, a menos que la purifiquemos,
es imposible impedir que se produzca su efecto. En lugar de culpar
a los demás de nuestros problemas, debemos utilizar estos
últimos para mejorar nuestra comprensión del karma.
Si aprendemos a extraer lecciones espirituales de nuestras experiencias
diarias, podremos considerar que todos los objetos y las personas
son nuestros maestros, y así podremos beneficiarnos de cualquier
situación, aunque sea adversa. De este modo, no desperdiciaremos
ninguna experiencia. Por lo general, no tenemos mucho tiempo para
escuchar o leer enseñanzas budistas, pero si aprendemos las
lecciones de Dharma que nos imparte la vida diaria, estaremos siempre
ante la presencia de nuestro Guía Espiritual. Milarepa dijo:
"No necesito leer libros, todo lo que aparece en mi mente
contiene un mensaje de Dharma. Todas mis experiencias confirman
la verdad de las enseñanzas de Buda y aumentan mis realizaciones
espirituales".
Debido a que Milarepa lo percibía todo como su Guía
Espiritual, progresó con rapidez en el camino espiritual
y alcanzó la iluminación en esa misma vida.
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