Amor y apego
La mayoría de las relaciones humanas están basadas
en una mezcla de amor y apego. Este amor ordinario no es puro porque
surge del anhelo por lograr la propia felicidad y, por lo tanto,
apreciamos a los demás solo cuando satisfacen nuestros deseos.
El amor puro no está mezclado con el apego y nace del deseo
de que los demás sean felices; nunca causa problemas, solo
proporciona paz y felicidad tanto a nosotros mismos como a los demás.
Para eliminar nuestro apego, no es necesario que abandonemos nuestras
relaciones, sino aprender a distinguirlo del amor, e ir reduciéndolo
hasta que nuestro amor sea puro.
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