Placeres Mundanos
Los placeres mundanos no constituyen la verdadera felicidad ni
son duraderos. Los seres humanos acumulan posesiones y se esfuerzan
por adquirir una posición social elevada, establecer una
familia y reunir un círculo de amigos, pero al morir han
de abandonarlo todo. Aquello por lo que han trabajado tanto desaparece
de repente y viajan a la siguiente vida solos y con las manos vacías.
Desean mantener relaciones duraderas con otras personas, pero en
el samsara esto es imposible. Hasta los mejores amantes tienen que
separarse antes o después, y cuando se encuentren de nuevo
en una vida futura, no se reconocerán. Quizá pensemos
que aquellos que disfrutan de buenas relaciones y han logrado sus
objetivos en esta vida son felices, pero, en realidad, su felicidad
es tan frágil como una burbuja de agua. La impermanencia
no perdona nada ni a nadie; en el samsara, tarde o temprano tendremos
que renunciar a nuestros sueños. Buda dice en los Sutras
del vinaya:
"La reunión termina en dispersión,
el ascenso en descenso,
el encuentro en separación,
y el nacimiento en la muerte".
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