Cómo transformar las circunstancias adversas
Cuando se cumplen nuestros deseos y los demás nos tratan
con amabilidad y respeto, nos resulta fácil desear que sean
felices. No obstante, si nuestro amor por los demás disminuye
en el momento en que nos causan problemas o dejan de apreciarnos,
es señal de que no es puro. Si nuestro aprecio por los demás
depende de su benevolencia con nosotros, será débil
e inestable y no podremos transformarlo en amor universal. Es inevitable
que en ciertas ocasiones los demás respondan a nuestra bondad
con ingratitud, por lo que es imprescindible aprender a transformar
estas circunstancias en el camino espiritual.
Cuando una persona a quien hemos ayudado nos perjudique, en lugar
de enfadarnos, debemos considerarla como nuestro Guía Espiritual
y mostrarle nuestra gratitud. Existen varios razonamientos para
cultivar este reconocimiento especial, como, por ejemplo, el siguiente:
La razón de que los demás me perjudiquen es que he
creado la causa para ello al haber cometido acciones indebidas en
el pasado. Estas personas me enseñan la ley del karma. Al
decepcionarme y responder a mi bondad con ingratitud, me están
recordando que, en el pasado, las engañé y perjudiqué.
Me traicionan porque yo hice lo mismo con ellas en vidas anteriores.
En realidad, me están animando a que purifique mi karma negativo
y me abstenga de cometer acciones perjudiciales. ¡Qué
bondadosas son! Probablemente, son mis Guías Espirituales,
emanados por los Budas.
Al pensar de este modo, transformamos una situación que
normalmente nos causaría enfado y frustración, en
una enseñanza sobre la necesidad de purificar nuestras acciones
perjudiciales y adiestrarnos en la disciplina moral.
También podemos pensar del siguiente modo:
Esta experiencia me enseña que no hay nada duradero en el
samsara y que todo cambia. Los amigos se convierten en enemigos,
y viceversa. ¿Por qué? Porque en la existencia cíclica
todos los seres están dominados por sus engaños y
nadie tiene libertad. Esta situación me enseña que
debo abandonar los renacimientos en el samsara y, en lugar de enfadarme
y sentir frustración, generar la mente gozosa de renuncia,
el deseo sincero de alcanzar la paz permanente de la liberación.
¡Que yo y todos los seres podamos alcanzar la liberación
del samsara!
Gracias a esta reflexión, consideraremos que la persona
que nos perjudica es un Guía Espiritual que nos anima a abandonar
el samsara y a experimentar la felicidad pura. De esta manera podemos
solucionar nuestros problemas transformándolos en una oportunidad
para progresar en el camino espiritual. Puesto que la persona que
nos perjudica nos está impartiendo una profunda enseñanza
sobre la naturaleza del samsara y produce un efecto beneficioso
en nuestra mente, es muy bondadosa.
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